A tres meses de publicado el decreto para el cierre de las juntas especiales de conciliación y arbitraje de Zitácuaro y Apatzingán, los expedientes acumulados fueron trasladados a las juntas de Morelia y Uruapan y las oficinas que ocupaban ya fueron cerradas, afirmó la presidente de la Junta Local de Conciliación y Arbitraje (JLCyA), Gabriela Manzo Ortiz.
Ambas juntas se cerraron porque tenían pocos expedientes rezagados, fueron 80 los que se tenían en Zitácuaro y fueron trasferidos a Morelia y distribuidos entre las cinco juntas que operan en esta capital, dependiendo de la materia que tratan, menos de 20 por junta.
En el caso de Apatzingán se tenían acumulados 59 asuntos, los cuales también se trasladaron a la junta de Uruapan, pero la mayoría estaban ya en etapa de ejecución del laudo y de los 59, solo 20 estaban todavía en etapa de instrucción.
El personal que laboraba en las dos juntas era poco, nueve en total, seis de base, algunos que ya fueron transferidos a otras dependencias como la Dirección de Trabajo y Previsión Social, aunque otros todavía están en espera de los oficios de aceptación para ser reubicados.
Además había tres trabajadores eventuales, dos en Apatzingán y una en Zitácuaro a quienes se dio por concluido su contrato y serán liquidados conforme a la ley, aunque todavía esperando a que la Secretaría de Finanzas y Administración autorice el pago de las liquidaciones para entregárselas, señaló la funcionaria.
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